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El arte de escribir sin saber de qué escribir



El arte de escribir sin saber de qué escribir.


Una de mis tantas terapias.


Conversaciones inacabadas, relaciones que van en ascenso y otras que se desmoronan sobre el suelo. Todo esto y más, en un mundo donde hay muchas injusticias y que por lo general los implicados en esas mismas injusticias son los que, a veces sin saberlo, terminan siendo los más perjudicados. Este tema no es nada nuevo, y creo que la mayoría de ustedes, los lectores, los fieles y constantes lectores, saben bien de lo que aquí se habla. Se trata de hacer lo mejor para evitar todo tipo de injusticia, pero lamentablemente les digo que es un camino sin fin, es decir, por más que uno haga todo lo posible para mejorar un montón de aspectos y situaciones del mundo cotidiano en el que vivimos, no somos Superman, no tenemos capa.



¿Cómo sería el mundo si hubiese existido Superman? 


Supongo (porque todo lo que voy a decir es válido solo en el mundo de los cómics y el cine) que sería mucho más justo el mundo, seguramente la vida se aprovecharía de otra forma, la gente estaría en un estado de ánimo de constante alegría. Y todo esto, sería producto de un extraterrestre, que con sus poderes, con su fuerza, y con su afán de salvar a todos y a todo el entorno, se convierte en eso que llamamos Héroe. Porque básicamente ese es su deber, ese es su por qué en este mundo.

 

¿Y cuál es la diferencia entre un héroe y nosotros?


Y a veces, creo que aquellos (y me incluyo) que no tenemos capa, ni poderes, nos quedamos con esto último, y lo sentimos como una pérdida, como algo que nos marca a fuego y que es imborrable, pero que a la vez termina siendo parte de nosotros, de nuestro día a día. Yo no tengo la verdad de todo, no puedo tenerla nunca, pero no me rindo, porque sé que de cada tropezón, de cada caída uno aprende y se lleva siempre algo para reflexionar. Y con eso nos tenemos que quedar, con el aprendizaje, con la reflexión sobre lo que pasó y pasará en base a nuestras formas de actuar. Las consecuencias (sean buenas o malas) siempre dejan algo, y ese algo puede o no, gustarnos. Repito, sea una consecuencia mala o todo lo contrario, lo importante es quedarnos con que aprendimos algo nuevo, una experiencia diferente, que nos catapulta al mundo del saber, y es tan sencillo como eso, el hecho de saber que hiciste bien las cosas, o que las hiciste mal y que tenes que corregir algo para que la próxima te salga todo bien y así lograr que te gusten las consecuencias. 

Suena redundante, pero me pareció prudente aclarar que hay una diferencia entre una cosa y la otra, como también hay discrepancia entre ser Superman y no serlo, porque pienso que lo único que tenemos de diferente es una capa. 


Lucas Migdal.



 

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